Os agradezco de verdad la buena intención puesta en vuestros esfuerzos, Pero gracias, no necesito regalos para saber que todos los que me apreciáis lo hacéis de con sinceridad.
Y lo hacéis realmente en todos esos momentos en los que estáis a mi lado, en los que hacéis que sea más humilde, en los que con una llamada os hacéis presentes, en los momentos en que compartís vuestra felicidad conmigo o disfrutamos de una felicidad conjunta. Lo hacéis haciéndome disfrutar de conversaciones sobre la vida. Lo hacéis cuando vamos a hacer deporte juntos...
Querida, sobre todo, familia, no os comáis la cabeza mirando, buscando, gastándoos dinero en algo que ni necesito, ni quiero. Y cuando digo que no quiero regalos, es que NO QUIERO REGALOS, no es una forma de hablar. Si alguno de vosotros ya teníais destinada esta partida presupuestaria a mi, podéis destinarla a Cáritas u otras ONGs que seguro que lo necesitan y lo agradecerán mucho más que yo. Los regalos son para los niños, recuperemos el protagonismo que ellos merecen... ah!, y permitirme que nos demos un consejo mutuo....
El mejor regalo para nuestros hijos, sobrinos, etc.... es NUESTRO TIEMPO, un tiempo de calidad, un tiempo de jugar, de leer un cuento, de darles un abrazo, de hacerles cosquillas, de reírnos con ellos, de correr por el parque, de hacer unos dibujos, de comer churros con chocolate, de llevarles al circo o hacerles magia (gracias amigo Raúl por enseñarme esta lección...) ... lo que seguro que no necesitan nuestros hijos es otro juego de consola, otro camión con luces y ruidos, otro paquete gordo y grande con lazos de colores que se amontone en las decenas de regalos que le impondrán estos Reyes. Que les vendrán como un torrente del que no se podrán defender y no sabrán asimilar.
Ya se que en los tiempos de corren parece que sobra hablar del sentido de las cosas. Pero si no me equívoco en la Navidad se celebra la venida de un tal niño Jesús, que creo que nació en un pesebre rodeado de una mula, un buey y de su papa y su mamá. Con mucha humildad y sencillez (yo diría algo más que sencillez) vino a este mundo para dar un mensaje de paz y amor. Parece que se nos olvida.
En cierta manera lo han conseguido, el consumismo se ha ido metiendo en nuestras vidas poco a poco, nos lo han inyectado en vena y es una dictadura mucho más grande que cualquiera de las que existen en este mundo. Luchemos contra ella de la mejor manera. Recuperando los valores sencillos en esta Navidad.
Sin ánimo de haber ofendido a nadie, lo siento si lo he hecho, os agradezco a los que me habéis leído vuestra atención,
Un abrazo, vuestro hijo, hermano, amigo,
Jesús
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