miércoles, 11 de noviembre de 2009

Mitos sobre Einstein

De: http://latierranoesredonda.blogspot.com

Hay imágenes bien adentradas en el inconsciente colectivo, como la de Einstein con el pelo blanco y parado. Pero no nació así. Einstein nació, creció y pego mocos bajo la mesa como cualquier mortal. Y, sin embargo, se imaginan mitos para rebajarlo a un nivel incluso inferior al del resto de los mortales. Por "mitos" claramente quiero decir "mentiras", y estos son algunos de los ejemplos más frecuentes, pero no los únicos..


Einstein y las matemáticas

"Es mas facil desintegrar un atomo que un prejuicio"

Sobre Einstein hay muchos mitos, pero este es el más significativo: ¿quién no oyó que Einstein, cuando era joven, era muy malo en matemáticas? Bueno, lamento derrumbar las ilusiones de quienes -como yo- tienen esperanza de, por el único mérito de ser idiotas, convertirse en súbitamente en genios: él era muy bueno en matemáticas, era el mejor; a los doce años sabía más que sus profesores y hasta daba algunas de sus clases, y antes de los quince tenía un posgrado en cálculo diferencial e integral. De hecho, era tan bueno que tuvo que estudiar fuera de la escuela porque sus padres creían que ésta limitaba su potencial.

Pero, a mi entender, lo más significativo de este mito no son las pruebas que demuestran su falsedad. Me parece más importante darse cuenta de lo ridículo de un mito de este tipo: de todas las cosas que se podrían haber inventado sobre el hombre más inteligente de todos los tiempos, ¿había que decir que era un tarado? ¿Qué dice eso de nosotros, de nuestra cultura? Toda la gente que ayudó al mito repitiendo la infame historieta, ¿nunca pensó lo que decía? Es como si yo empezara a decir que Mozart en realidad no sabía música y todos comenzaran a repetirlo... Es preocupante.


Einstein y su esposa

"El valor de un hombre debe medirse por lo que da y no por lo que recibe"


Por otro lado, se dice que su esposa, Mileva Maric, era el verdadero genio, que la Teoría de la Relatividad y el resto de los trabajos eran de su autoría; hasta se dice que Einstein la esclavizaba para tales fines. Si bien es cierto que Mileva poseía una mente prodigiosa y tenía el mejor físico de su época (¡cuack!), no es cierto que su esposo le robara el trabajo, como uno se puede imaginar. Ellos, en cambio, solían trabajar juntos, y Einstein agradecía en público y con profunda admiración cada aporte que Mileva hacía a sus ecuaciones.

Este es uno de los casos que mejor demuestra el dicho que detrás de todo gran hombre hay una gran espalda mujer. Si Albert era un cerebro, Mileva era, por lo menos, una vesícula: se la pasaba haciendo cálculos. La mente de Mileva se destacó casi tanto como la de Albert, y aún más en matemáticas; fue, por poner un sólo ejemplo, la única mujer que estudió en la Escuela Politécnica de Zúrich, donde se prepararon 21 de las mentes que recibirían un premio Nobel.

El mito sobre Einstein y Mileva se sostiene en base a la premisa de que él le dio a ella todo el dinero de su premio Nobel; se argumenta que lo hizo por culpa (dicho sea de paso: el Nobel fue por su trabajo sobre el efecto fotoeléctrico, no por la relatividad). Pero, en realidad, ese dinero fue destinado al tratamiento médico de Eduard, hijo de ambos que sufría gravemente de esquizofrenia y que vivió casi toda su vida internado en un instituto mental.


Einstein y la bomba atómica


"Cuando me preguntaron sobre algun arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atomica, yo sugeri la mejor de todas: la paz"


También suele culparse a Einstein por la invención y el uso de la bomba de hidrógeno, cuando en realidad fue el primero en advertir a los gobiernos del peligro de esa tecnología creada por Enrico Fermi, enviando cuatro cartas al presidente Roosevelt. Sabiendo que era inevitable el uso de esta tecnología, y temiendo que cayera en manos nazis, la idea de Einstein era participar de alguna manera en su producción para, llegado el momento, poder impedir su uso, confiando en que podría convencer al gobierno norteamericano de que era suficiente con poseer la bomba. Por supuesto, falló en esto último y la bomba se utilizó...

Un año después del ataque nuclear a Hiroshima, Einstein fue nombrado Presidente del Comité de Emergencia de Científicos Atómicos, cuya actividad, obviamente, era la de intentar impedir el uso de armas de destrucción masiva. Se mantuvo en ese cargo hasta su muerte (1955), donde tuvo la oportunidad de desarrollar su maravillosa filosofía pacifista, de la cual hablaré en otro momento (baste decir que la física era sólo uno de los muchos aspectos de la genialidad de Einstein).

Es cierto que su trabajo tuvo un papel muy importante en el desarrollo de la bomba H, pero, aún si Einstein no hubiese hecho nada para impedirlo, culparlo por la bomba uso sería como culpar a George Orwell por la existencia de Gran Hermano.



Einstein y Dios

"La imaginacion es mas importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado"

Tras observar que no había cubos gigantes chocando contra los astros, Einstein llegó a la conclusión de que "Dios no juega a los dados", y por eso se cree que era ateo. Los ateos activistas citan habitualmente esta frase, pero sucede que cuando un ateo piensa en Dios, visualiza un montón de viejitas arrodilladas en una iglesia, y eso no es más que una muestra de su completo desconocimiento del tema (porque Dios es muy poco parecido a una vieja doblada). No creer en Dios no es lo mismo que no tener la capacidad de comprenderlo. Dios es un concepto muy complejo, tanto que parece imposible ponerlo en palabras y, a pesar de ello, Einstein lo intentó porque creía en él con fe... pero no en un dios caricaturizado, si no en uno representado por el orden del universo al cual él mismo dedicó su vida.

Llamaba Dios al universo, y religión a aquellas experiencias que el conocimiento del universo le producían. La religión o, más bien, el conocimiento místico era para Einstein "la más bella y profunda emoción que nos es dado sentir", "la que genera toda verdadera ciencia". En sus propias palabras, ampliando lo que cité el mes pasado:

Saber que aquello que para nosotros es impenetrable realmente existe, que se manifiesta como la más alta sabiduría y la más radiante belleza, sobre la cual nuestras embotadas facultades sólo pueden comprender en sus formas más primitivas. Ese conocimiento, esa sensación es la verdadera religión.

En pocas palabras: el mito no sólo es falso, si no que es posible que Einstein haya sido uno de los hombres que más haya comprendido a Dios.



Einstein y su chofer

"Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo"

Finalmente, hay una hermosa leyenda urbana acerca de Einstein:

Esto supuestamente sucedió en los años 20, en la época en que Einstein aún no era muy conocido y recién andaba divulgando los principios de su Teoría de la Relatividad en pequeñas charlas y conferencias. En aquellos momentos, el científico viajaba en auto, pero como no le gustaba conducir, tenía un chofer que lo acompañaba en cada disertación. Cierta noche, Einstein confesó en el coche que estaba cansado de repetir siempre el mismo discurso, y el chofer sugirió que podrían intercambiar lugares, ya que había oído tantas veces el discurso que lo sabía de memoria y, después de todo, nadie conocía la cara del verdadero científico. Einstein accedió e inmediatamente intercambiaron sus atuendos. Una vez en la universidad de Bayern, donde sería la conferencia, tal como lo había asegurado, el chofer se las arregló para dar la charla sin mayores inconvenientes... al menos hasta el final, cuando uno de los académicos presentes hizo una pregunta imprevista que el impostor no supo contestar. Entonces, bajo una súbita iluminación que sólo los choferes de Einstein poseen, le dijo a su interlocutor: "La pregunta es tan sencilla que voy a dejar que la responda mi chofer"...

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