Lo comenté ayer por Twitter. Hoy le dedico un poco más de espacio, sobre todo, porque veo que casi no ha tenido repercusión en los medios. Ayer la mini serie emitida por Antena 3 en horario de máxima audiencia ("Un burka por amor") metió la pata hasta el fondo.
Recordemos el argumento. Una joven española se casa con un afgano. Cuando el padre de él enferma ambos viajan hasta Afganistán para acompañarle en su lecho de muerte. Tras el desenlace, el matrimonio trata de abandonar el país pero los talibanes se lo impiden, con lo que la joven ciudadana española queda atrapada en un país dominado por extremistas religiosos.
No voy a entrar a valorar cómo de original es el guión (vamos, originalísimo), pero sí el dudoso rigor de su contenido. A lo largo de toda la proyección, los personajes no paraban de referirse al marido de la protagonista como "árabe", cuando en realidad... ¡es afgano! A los guionistas no les habría costado mucho (google hubiera sido suficiente) para darse cuenta que "árabe" es un adjetivo étnico y linguístico, y que los afganos ni son étnicamente árabes y ni siquiera hablan esa lengua.
Esto me lleva al segundo punto. Yo no soy experta en el mundo árabe, pero he consultado a fuentes que sí lo son y no caben en su asombro. Al parecer, la lengua que emplean los "supuestos" nativos afganos de la serie... ¡también es árabe! Si los asesores de la serie (que ya dudo que los tengan) hubieran simplemente consultado wikipedia (ya ven que no me voy muy lejos), hubieran comprobado que las lenguas oficiales de ese país son el dari y el pashto, ambas lenguas indoeuropeas que nada tienen que ver con el árabe (sí, sólo que a los que no las hablamos nos suenan como el chino, muy difíciles).
Pero es que además no todo queda ahí. Por si no fuera poco, me dicen que lo se hablaba ayer en la serie no era cualquier tipo de árabe... ¡era Árabe Clásico! Vamos, que hablando en plata sería como si se rodara un capítulo de Los Soprano (mafia italiana en Nueva York) con actores bolivianos hablando en castellano antiguo. Un despropósito se mire por donde se mire.
Después de que me cuenten todo esto, sólo me asalta una pregunta: ¿cuentan los guionistas de televisión con asesores culturales? Está claro que una serie es un producto de entretenimiento, pero la diversión no está reñida con la calidad y el trabajo contrastado y con fundamento.
En esta ocasión, creo yo, hacer las cosas bien no hubiera costado tanto... ¿no?
Recordemos el argumento. Una joven española se casa con un afgano. Cuando el padre de él enferma ambos viajan hasta Afganistán para acompañarle en su lecho de muerte. Tras el desenlace, el matrimonio trata de abandonar el país pero los talibanes se lo impiden, con lo que la joven ciudadana española queda atrapada en un país dominado por extremistas religiosos.
No voy a entrar a valorar cómo de original es el guión (vamos, originalísimo), pero sí el dudoso rigor de su contenido. A lo largo de toda la proyección, los personajes no paraban de referirse al marido de la protagonista como "árabe", cuando en realidad... ¡es afgano! A los guionistas no les habría costado mucho (google hubiera sido suficiente) para darse cuenta que "árabe" es un adjetivo étnico y linguístico, y que los afganos ni son étnicamente árabes y ni siquiera hablan esa lengua.
Esto me lleva al segundo punto. Yo no soy experta en el mundo árabe, pero he consultado a fuentes que sí lo son y no caben en su asombro. Al parecer, la lengua que emplean los "supuestos" nativos afganos de la serie... ¡también es árabe! Si los asesores de la serie (que ya dudo que los tengan) hubieran simplemente consultado wikipedia (ya ven que no me voy muy lejos), hubieran comprobado que las lenguas oficiales de ese país son el dari y el pashto, ambas lenguas indoeuropeas que nada tienen que ver con el árabe (sí, sólo que a los que no las hablamos nos suenan como el chino, muy difíciles).
Pero es que además no todo queda ahí. Por si no fuera poco, me dicen que lo se hablaba ayer en la serie no era cualquier tipo de árabe... ¡era Árabe Clásico! Vamos, que hablando en plata sería como si se rodara un capítulo de Los Soprano (mafia italiana en Nueva York) con actores bolivianos hablando en castellano antiguo. Un despropósito se mire por donde se mire.
Después de que me cuenten todo esto, sólo me asalta una pregunta: ¿cuentan los guionistas de televisión con asesores culturales? Está claro que una serie es un producto de entretenimiento, pero la diversión no está reñida con la calidad y el trabajo contrastado y con fundamento.
En esta ocasión, creo yo, hacer las cosas bien no hubiera costado tanto... ¿no?

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